Lockheed propone alunizador cost-plus para Artemis

Lockheed propone alunizador cost-plus para Artemis

La iniciativa busca eliminar una restricción operativa que ha limitado el avance del programa Artemis

Lockheed Martin puso sobre la mesa un alunizador tripulado con una promesa agresiva: 30 meses de desarrollo y alta reutilización. El giro está en el contrato de coste variable: si hay sobrecostes, los paga la NASA. Contrasta con el precio fijo que la agencia firmó con SpaceX en 2021 por unos 2.890 millones de dólares para el HLS, el sistema que hoy marca el camino oficial.

¿Qué ofrece Lockheed? Un módulo de descenso y ascenso pensado para operar repetidamente en la órbita lunar, llevar astronautas a la superficie y regresar para reacondicionamiento. Afirma apalancarse en tecnologías de Orion y herencia de exploración profunda. En 2018 ya mostró un concepto reutilizable para cuatro tripulantes; ahora lo actualiza con calendario comprimido y la meta de dar una segunda vía de acceso humano a la Luna.

¿Por qué importa ahora? Artemis arrastra demoras y tensión presupuestaria, y la NASA anunció que reabrirá la competencia del aterrizador ante el rezago técnico de SpaceX. Un plan B reduce dependencia de un solo proveedor y puede acelerar una cadencia de misiones sostenida. También empuja avances de sistema: operaciones criogénicas en órbita, repostaje seguro, ciclos de reuso en entorno cislunar y logística de superficie.

Hablemos de dinero y riesgo. La cifra que circula para la propuesta ronda los 20.000 millones de dólares, reportada en prensa y aún no oficial. Es un orden de magnitud por encima del primer contrato de SpaceX. ¿Por qué costaría más? Hipótesis: mayor reutilización end-to-end, capacidad ampliada, integración con Gateway desde el inicio o margen para un calendario comprimido con múltiples proveedores. Lo clave es el reparto de riesgo: con coste variable, el contribuyente absorbe desviaciones; con precio fijo, el contratista las internaliza.

La mecánica técnica es exigente: propulsión criogénica estable durante semanas, aterrizaje de precisión en el Polo Sur, ascenso confiable, mitigación del polvo, vida útil multimisiones y certificación humana. Encajar todo en 30 meses suena ambicioso. Se mitiga apoyándose en hardware existente, pruebas en tierra de tanques y válvulas, integración temprana y demostraciones orbitales de repostaje. Aun así, quedan incógnitas.

Si prospera, habilita más lanzamientos con tripulación por década, ventanas de ciencia más largas y logística para infraestructura: rovers presurizados, cargas ISRU y antenas. También competencia real que incentive eficiencia y robustez. Falta decisión de la NASA, hitos de diseño, pruebas de sistemas críticos y una verificación rigurosa de costes.

Pagar más por resiliencia y calendario, o mantener la apuesta en una arquitectura de menor coste con cuellos de integración. Cierre sonoro: motores apagados, regolito asentado; lo que defina Washington dirá quién vuelve a encenderlos y cuántas veces al año.

Fuente: Lockheed Martin

compartir en
Facebook
X
LinkedIn
WhatsApp
Telegram
Pinterest

Artículos relacionados

¡Mantente informado y conectado!

Únete a nuestra comunidad para recibir las últimas noticias, actualizaciones y contenido exclusivo. Descubre todas las novedades sobre el espacio que impactan tu mundo. ¡No te pierdas ninguna historia importante, suscríbete hoy mismo!