La misión Proba-3 logra el primer eclipse solar artificial en órbita y capta imágenes inéditas de la corona solar

La misión Proba-3 logra el primer eclipse solar artificial en órbita y capta imágenes inéditas de la corona solar

La Agencia Espacial Europea (ESA) acaba de alcanzar un hito histórico en la observación solar: por primera vez, una misión logró recrear un eclipse artificial en órbita,

permitiendo obtener imágenes de la corona solar con una claridad y estabilidad imposibles de lograr desde la Tierra. La proeza fue posible gracias a la misión Proba-3, que marca un antes y un después en la forma de estudiar el Sol desde el espacio.

Lanzada el 5 de diciembre de 2024 desde India, Proba-3 es una misión pionera que utiliza una técnica innovadora basada en el vuelo en formación de dos satélites, capaces de mantenerse alineados con una precisión extraordinaria: el grosor de una uña, a 150 metros de distancia entre sí.

Dos satélites, un eclipse perfecto

La misión está compuesta por el Occulter Spacecraft (OSC) y el Coronagraph Spacecraft (CSC). El OSC transporta un disco de ocultación de 1,4 metros de diámetro, cuya función es bloquear la luz directa del Sol. A su vez, proyecta una sombra sobre el telescopio ASPIICS, ubicado en el CSC, que permite capturar imágenes de la corona solar en cada órbita.

A diferencia de los eclipses naturales, breves y poco predecibles, este sistema permite observar la corona de forma repetida, estable y en condiciones controladas, lo que representa una ventaja significativa para la ciencia solar y la predicción del clima espacial.

Precisión autónoma en el espacio

Uno de los mayores logros tecnológicos de la misión es su capacidad de volar en formación sin intervención desde tierra, manteniendo una alineación milimétrica durante períodos prolongados. Este nivel de precisión fue clave para reducir al mínimo la luz parásita que normalmente contamina las observaciones coronales.

“El hecho de que dos naves espaciales formen un coronógrafo gigante en el espacio nos permitió capturar la corona interna con niveles muy bajos de luz parásita, tal como estaba previsto”, explicó Damien Galano, responsable del proyecto Proba-3 en la ESA. “Ya hemos logrado vuelos en formación con una precisión sin precedentes. Esto nos permitió capturar las primeras imágenes de la misión, que sin duda serán de gran valor para la comunidad científica”.

Ciencia con impacto en la Tierra

La corona solar es una región crítica para comprender fenómenos como las eyecciones de masa coronal que pueden afectar satélites, redes eléctricas y sistemas de navegación en la Tierra. Gracias a Proba-3, será posible estudiar con mayor detalle la dinámica de esta zona del Sol y mejorar los modelos de predicción del clima espacial, un área estratégica para la protección de infraestructura tecnológica.

La publicación de las primeras imágenes representa un punto de partida para una misión que promete transformar la forma en que se estudia el Sol. Con Proba-3 Europa se coloca a la vanguardia de la innovación en observación solar desde el espacio.

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