Un nuevo análisis basado en el mayor catálogo jamás reunido de supernovas, también conocidas como “estrellas vampiro enanas blancas en explosión”
La fuerza que impulsa la expansión acelerada del universo, conocida como energía oscura, podría no ser eterna ni inmutable. Un nuevo análisis del mayor catálogo de supernovas tipo Ia jamás reunido, denominado Union3, ha revelado leves indicios de que esa energía misteriosa podría estar perdiendo intensidad con el paso del tiempo. Este catálogo contuvo 2 087 supernovas estandarizadas con precisión, construidas para permitir comparaciones robustas a lo largo de unos 7 000 millones de años cósmicos. Estos hallazgos refuerzan, en la misma línea, los datos independientes del proyecto DESI, que mapeó millones de galaxias y cuásares, y encontró evidencia similar de evolución.
Hasta ahora, científicos han combinado estas observaciones con mediciones del fondo cósmico de microondas, lentes gravitacionales y oscilaciones acústicas de bariones, obteniendo un patrón que se desmarca del modelo cosmológico estándar, el ΛCDM, que propone una energía oscura constante. Las desviaciones detectadas se sitúan entre 2.8 y 4.2 sigma, insuficientes para afirmar un cambio concluyente, pero lo bastante sólidos para despertar interés serio.
El impacto potencial es enorme: si la energía oscura efectivamente disminuye, las predicciones sobre el destino del universo podrían cambiar radicalmente. En lugar de una expansión eterna, podríamos enfrentarnos a una desaceleración, o incluso a una posible contracción futura. El modelo ΛCDM dejaría de ser suficiente. Se abriría la puerta a nuevas teorías físicas que exploren ingredientes desconocidos en la estructura del cosmos o posibles fallos en la gravedad tal como la comprendemos.
Sin embargo, científicos como Saul Perlmutter, uno de los primeros en descubrir la energía oscura y premio Nobel, recuerdan que aún no hay evidencia definitiva, y llaman a la prudencia. Aún no se ha alcanzado el estándar de 5 sigma de certeza, y se están investigando cuidadosa y críticamente posibles sesgos sistemáticos que pueden alterar los resultados.
Lo que tenemos por el momento es algo que merece atención: indicios convergentes desde técnicas independientes apuntan hacia un universo donde la energía oscura evoluciona con el tiempo. Pero faltan datos. Próximas herramientas como Euclid, J‑PAS o el Observatorio Vera Rubin prometen llenar ese vacío. Si confirman esta tendencia, estaríamos ante un cambio de paradigma en cosmología moderna.
¿Qué pasará si esta debilidad de la energía oscura se confirma? ¿Podría llegar un día en que la expansión se frene, se invierta o llegue a un nuevo equilibrio? El universo podría ser más dinámico y sorprendente de lo que creíamos.
Fuente: newscenter.lbl.gov