Aumento alarmante de basura espacial en 2024 amenaza operaciones orbitales

La elevada incidencia de fragmentaciones y reentradas en órbita ha llevado a la ESA a actualizar sus normativas, impulsando la iniciativa “Zero Debris” para lograr la neutralidad en la generación de desechos en misiones futuras.

La acumulación de basura espacial es hoy una preocupación creciente a nivel internacional. Los desechos, compuestos por satélites inactivos, restos de cohetes y fragmentos derivados de colisiones, representan un riesgo considerable para las misiones espaciales y la infraestructura orbital.

En su Informe Anual sobre el Medio Ambiente Espacial 2025, la Agencia Espacial Europea (ESA) advierte sobre un incremento alarmante, tanto en cantidad como en masa, de objetos en órbita durante 2024. Aunque el ritmo de puesta en órbita de nuevos satélites se desaceleró, el número récord de lanzamientos, que incluyen objetos de mayor masa y tamaño, hacia la órbita terrestre baja (LEO) ha contribuido a agravar el problema. Además, la elevada actividad solar y el empleo creciente de altitudes más bajas para lanzamientos han propiciado un incremento en las reentradas de objetos a la atmósfera.

El informe destaca que las fragmentaciones accidentales –tanto explosivas como derivadas de colisiones– continúan generando miles de fragmentos en órbita. Estos fragmentos pueden mantenerse circulando durante décadas, elevando el riesgo de colisiones en futuras operaciones espaciales. De hecho, se promedia la ocurrencia de 12 incidentes de fragmentación al año durante las dos últimas décadas, una tendencia que preocupa cada vez más a la comunidad espacial.

Ante esta situación, la ESA implementa la estrategia “Zero Debris” con el objetivo de minimizar la generación de nuevos desechos en órbitas terrestres y lunares para 2030. Esta iniciativa se materializa en la actualización de los requisitos de mitigación de desechos espaciales, incluyendo nuevas normas en el diseño, construcción, operación y disposición final de las misiones. Entre las recomendaciones, se destaca la obligación de eliminar de forma segura los objetos al concluir su vida útil y de reducir el tiempo que permanecen en órbita tras su misión.

Adicionalmente, la creación de la Carta de Cero Desechos, respaldada por doce países –entre ellos Austria, Bélgica, Alemania y el Reino Unido– durante el Consejo Espacial de la ESA y la UE en mayo de 2024, evidencia el compromiso internacional por lograr una explotación sostenible del espacio. La cooperación global es esencial para combatir el peligro que implica la acumulación de desechos en órbita.

El fenómeno conocido como síndrome de Kessler, que se refiere a un efecto cascada en el que la densidad de objetos provoca colisiones en cadena, podría inutilizar ciertas órbitas y afectar servicios críticos en la Tierra, como las telecomunicaciones, la navegación y la observación meteorológica. Por ello, la ESA insiste en la necesidad de una acción coordinada internacionalmente que promueva prácticas sostenibles, incluya el desarrollo de tecnologías para la eliminación activa de desechos y adopte normativas rigurosas para asegurar la accesibilidad y seguridad del espacio en beneficio de las futuras generaciones.

Fuentes:

ESA

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