Este laboratorio subterráneo es uno de los detectores de neutrinos más grandes y precisos jamás construidos.
Con 20.000 toneladas de líquido encerradas en una esfera de 35 metros de diámetro, enterrada a 700 metros bajo tierra cerca de Jiangmen, China ha activado oficialmente el Jiangmen Underground Neutrino Observatory, o JUNO. Este laboratorio subterráneo es uno de los detectores de neutrinos más grandes y precisos jamás construidos.
JUNO marca el inicio de una nueva etapa en la física de partículas. Su objetivo principal es esclarecer la jerarquía de masas de los neutrinos, es decir, cómo se distribuyen las masas entre sus tres tipos conocidos: electrón, mu y tau. También se estudiarán los antineutrinos, con posibles implicaciones tanto en la física fundamental como en la cosmología.
El proyecto involucra a 700 científicos de 17 países y se extenderá durante al menos 30 años. Su diseño permite una sensibilidad extrema para detectar el paso de estas partículas subatómicas que, a pesar de su abundancia, interactúan muy poco con la materia.
Los neutrinos fueron propuestos por Wolfgang Pauli en 1930 y detectados en los años 50. Su capacidad para cambiar de tipo, o “sabor”, fue clave para que Takaaki Kajita y Arthur McDonald recibieran el Nobel de Física en 2015. Aun así, persisten muchas incógnitas. Se sabe que tienen masa, pero aún no se conocen sus valores exactos ni cómo se ordenan.
Con JUNO, China lidera uno de los esfuerzos científicos más ambiciosos del momento, al frente de un consorcio internacional dedicado a investigar una de las partículas más escurridizas del universo. Este observatorio podría ofrecer pistas sobre el origen del universo, la evolución de las supernovas y la naturaleza de la materia oscura.
Fuentes: www.gov.cn