Con una poderosa antena y tecnología de vanguardia europea, el satélite Biomass de la Agencia Espacial Europea (ESA) ya está en órbita para estudiar la biomasa forestal y su impacto en el cambio climático.
El 29 de abril de 2025, Biomass fue lanzado desde el puerto espacial europeo en Kourou a bordo de un cohete Vega-C operado por Arianespace.
Bosques bajo observación
La misión Biomass tiene como objetivo principal medir la cantidad y evolución de la biomasa forestal a escala global, proporcionando datos esenciales sobre el ciclo del carbono. Esta información es clave para evaluar el papel de los bosques como sumideros de carbono y su influencia en el sistema climático de la Tierra.
«Los bosques son los pulmones verdes de nuestro planeta«, señaló Oliver Grassmann, vicepresidente ejecutivo de satélites en Beyond Gravity. «Con el satélite ambiental Biomass, estamos aprendiendo más sobre la importancia de los bosques para nuestro sistema climático».
La antena que marca la diferencia
Una pieza clave de esta misión es una antena de alta potencia con diseño helicoidal en banda X, que recuerda a un cono de helado. Fue desarrollada en el centro de Beyond Gravity en Gotemburgo, Suecia, para satisfacer las crecientes demandas de transmisión de datos en satélites de observación terrestre. Esta tecnología permite transmitir grandes volúmenes de información desde una plataforma más compacta y eficiente.
La compañía suiza también suministró la antena de comunicación y control S-Band TTC (telemetría, seguimiento y comando), encargada de mantener el contacto entre el satélite y las estaciones en tierra.
Precisión milimétrica en el espacio
El satélite Biomass también está equipado con un avanzado receptor de navegación, desarrollado en Viena, Austria, que permite determinar su posición en órbita con una precisión de centímetros. Este sistema procesa señales de las constelaciones GPS y Galileo, rastreando hasta 25 satélites simultáneamente para garantizar una navegación exacta.
Otros componentes esenciales también provienen de la red europea de Beyond Gravity: en Finlandia se fabricó la unidad de despliegue del reflector, mientras que en Austria se produjo el aislamiento térmico multicapa de polimida, que protege los instrumentos de las extremas condiciones térmicas del espacio.
Diseño inteligente para una misión longeva
Beyond Gravity también aportó un amortiguador de corrientes de Eddy para las alas de los paneles solares, diseñado para ralentizar su despliegue y evitar daños estructurales. Estos detalles de ingeniería permiten que el satélite mantenga una operación segura y eficiente durante su vida útil proyectada de al menos 5,5 años.
Con Biomass orbitando a 666 kilómetros de altitud, la ESA espera recopilar datos críticos para entender mejor la interacción entre los ecosistemas forestales y el clima global. La participación de Beyond Gravity demuestra cómo la colaboración tecnológica europea está impulsando la próxima generación de misiones ambientales espaciales.
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