De SPAC a gigante espacial: la sorprendente evolución de Rocket Lab en bolsa

Rocket Lab vivió una verdadera montaña rusa desde su debut en Nasdaq en agosto de 2021.

La compañía salió a bolsa mediante una SPAC con una valuación inicial de USD 4.800 millones, comenzó cotizando a USD 10 por acción, casi duplicó su valor en pocos meses y luego sufrió un fuerte retroceso en 2022. No obstante, su impecable historial tecnológico y una diversificación estratégica le permitieron recuperarse y posicionarse como una de las apuestas más prometedoras del espacio privado. Ahora, con su cohete mediano Neutron a la vuelta de la esquina, busca consolidar su valía en Wall Street.

2021: el debut estelar y la ola SPAC

  • Salida a bolsa con impacto: Rocket Lab cotizó su acción el 25 de agosto de 2021 tras fusionarse con la SPAC Vector Acquisition, capitalizando USD 777 millones en caja y llegando a cotizar cerca de USD 20, tras cerrar el año en USD 12.28.
  • Visión 360° del espacio: Para integrarse verticalmente, adquirió firmas como Advanced Solutions Inc., Planetary Systems y SolAero, mientras destina fuertes inversiones al desarrollo del cohete Neutron, disparando expectativas e incrementando gastos en I+D.

2022: corrección tras la euforia

  • Caída pronunciada: La acción perdió casi el 69 %, desde USD 12.20 a USD 3.77, en medio de una rotación global y el endurecimiento monetario que castigó tecnológicas emergentes.
  • Triunfos en el silencio del mercado: Aun en caída, Rocket Lab logró hitos como la recuperación experimental del propulsor Electron y la misión CAPSTONE a la órbita lunar, consolidando su reputación técnica aunque sin mover el precio de la acción.

2023: resiliencia con un traspié puntual

  • Recuperación paulatina: La acción ascendió +47 % en 2023 (USD 3.87 → USD 5.53), apoyada por lanzamientos desde EE.UU. y un backlog creciente, con USD 105 M en ingresos y USD 1.050 B en contratos.
  • Sobresaliente rendimiento del Electron: Se convirtió en el segundo lanzador orbital de EE.UU. tras SpaceX, sumando 50 misiones acumuladas para mitad de 2024.
  • Falló y reacción firme: En septiembre de 2023, un fallo en misión provocó caída del -8 %. La causa fue un arco eléctrico en segunda etapa, pero la empresa corrigió y en diciembre lanzó con éxito su décimo cohete, cerrando el año con impulso renovado y el primer contrato para Neutron.

2024: el gran despegue bursátil

  • Rally monumental: La acción subió +360 % en 2024, desde USD 5.31 hasta cerrar en USD 25.47, llegando a USD 28.44.
  • Récords financieros y operativos:
    • Ingresos anuales de USD 436 M (+78 % interanual), con márgenes mejorando y pérdidas netas reduciéndose.
    • Backlog sólido, especialmente tras contratos con iQPS y Synspective.
    • Celebró la 50ª misión del Electron: ningún otro cohete comercial la ha logrado en tan poco tiempo.
    • Avances visibles en Neutron: motores Archimedes, instalaciones en Long Beach y contrato NSSL para seguridad nacional.
  • Condiciones de mercado favorables: Con tasas estabilizadas y competencia debilitada (Astra, Virgin Orbit), Rocket Lab emergió como líder emergente en lanzamientos satelitales.

2025 y 2026: finanzas sólidas y expansión estratégica

  • Q1 2025: Ingresos de USD 122.6 M (+32 % anual), margen bruto ~35 %, backlog por USD 1.067 B.
  • A pesar de cifras sólidas, la acción retrocedió ~10 % tras el reporte, influida por toma de ganancias y descuentos contractuales.
  • Perspectivas operativas: Se prevé aceleración en la segunda mitad de 2025 con misiones suborbitales HASTE y posibles vuelos iniciales de Neutron.
  • Valoración por analistas:
    • Citigroup: Buy (objetivo USD 35), Needham: Buy (USD 32), Goldman Sachs: Neutral (USD 16).
    • Proyecciones de EBITDA positivo en 2025 y utilidades netas en 2026.

Una valuación ambiciosa para una empresa en transición

Dichos números implican alrededor de USD 84 millones de flujo de caja libre (FCF) en 2026, cifra que –según algunos expertos– podría multiplicarse por 10 hasta casi USD 940 millones anuales en 2031 si Rocket Lab ejecuta su plan de crecimiento. Esa tasa de expansión (62 % anual compuesto en FCF) justifica, para los alcistas, pagar múltiplos elevados hoy.

No obstante, también se advierte que la actual capitalización de mercado (~USD 9–11 mil millones a 2025) representa más de 100 veces el FCF estimado de 2026, una valuación exigente que requerirá una década de crecimiento extraordinario para sostenerse. Algunos analistas value –como Rich Smith (Motley Fool)– han señalado que el mercado quizás se adelantó y que cualquier contratiempo –ya sea un trimestre flojo o demoras adicionales en Neutron– podría provocar correcciones significativas en el precio.

En otras palabras, aunque la visión de largo plazo es atractiva (Rocket Lab consolidándose como proveedor espacial integral con flujo de caja robusto hacia 2030), en el corto plazo la acción deberá ganarse cada dólar de su valorización demostrando resultados.

Catalizadores clave y sensibilidad al desempeño

Se espera que la relación entre desempeño operativo y cotización siga siendo estrecha. Rocket Lab tiene varios catalizadores que podrían mover la acción:

  • Aumento de lanzamientos Electron (¿superará los 12–15 anuales?)
  • Primera misión orbital de Neutron, prevista para fines de 2025
  • Contratos gubernamentales mayores (NASA, Space Force, proyectos de megaconstelaciones)
  • Resultados financieros trimestrales que marquen la transición hacia rentabilidad

Cada uno de estos eventos será escrutado. Por ejemplo, si Neutron concreta su vuelo inaugural con éxito y se confirma su participación en licitaciones NSSL fase 3 (Lane 1, por USD 5.600 millones), el mercado probablemente reaccionará positivamente, anticipando un nuevo ciclo de crecimiento contractual. Por el contrario, problemas técnicos o retrasos relevantes podrían golpear fuertemente la cotización, como ocurrió en 2023.

Perspectiva general: más allá del corto plazo

Con todo, la visión de conjunto para 2025-2026 entre analistas sigue siendo optimista. Rocket Lab ha pasado de ser una startup neozelandesa a un actor global en la industria aeroespacial, cotizando en Nasdaq, lanzando satélites para clientes de primer nivel y desarrollando tecnologías de siguiente generación: reutilización de cohetes, misiones interplanetarias privadas a Venus, plataformas de buses satelitales, etc.

Su acción –que vivió montañas rusas desde su debut (USD 10 → USD 20 → USD 3 → USD 30+)– ahora ingresa en una etapa de mayor madurez, donde los fundamentos tendrán un rol protagónico.

Al estilo de los comentarios recientes del CEO Peter Beck, Rocket Lab buscará “ejecutar, ejecutar y ejecutar” para convertir ese backlog en ingresos, esos ingresos en ganancias, y esas ganancias en retorno para los accionistas. Si lo logra, su cotización podría seguir orbitando alto. De lo contrario, los mercados –implacables en su juicio– ajustarán la trayectoria.

En palabras del analista Trevor Walsh, “Rocket Lab está en camino a un crecimiento del 33 % en ventas en 2025 y 50 % en 2026, acercándose al punto de equilibrio financiero”. La pregunta clave para 2025-2026 será si puede cumplir esas altas expectativas sin tropiezos. De ello dependerá si su evolución bursátil continúa al infinito y más allá, o si necesita una órbita de espera mientras consolida su modelo de negocio.

Por ahora, la mayoría del consenso apuesta a lo primero: una Rocket Lab en ascenso, propulsada tanto por la convergencia de sus hazañas espaciales como por una disciplina financiera cada vez más terrenal.

Fuentes:

https://www.businesswire.com

https://www.barrons.com

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